OPORTO: AL IGUAL QUE UNA COPITA, ALEGRA Y SIENTA BIEN!

Pocas veces un lugar entra tan visualmente como es el caso de Oporto Almacén. En una esquina del barrio de Núñez, el edificio con tres plantas completamente azulejadas de blanco y su nombre en letras de acero negro en la cúspide no pasa desapercibido.

La realización, ambientación y todo lo que verás ahí corre por cuenta del exquisito esteta Horacio Gallo, quien en los ‘80 realizara diversas colaboraciones con el rock nacional.

Mix de deli de Brooklyn, grocery que podría ser de un lugar como Praga, bar de museo de arte de Europa y laboratorio enológico súper-clean, Oporto conjuga con estilo propio todos los detalles para agradar.

En la entrada y con una mampara que la separa del comedor, la rotisería invita a un take-away gourmet de venta al peso o sencillamente a tomarse una copita picando algo rico en su barra lateral, como ser una terrina de carne al Oporto o trocitos de queso gruyere al aceto.

Escalera de cemento sin revestimiento mediante, se accede al primer piso, donde se ubica la vinería, con una enorme variedad de etiquetas, cómodos sillones de cuero y una gran mesa como para aislarse-conectándose o tan solo reunirse algo más en privado.

También hay una vinería con una enorme variedad de etiquetas y cómodos sillones de cuero

Allí también se encuentran los baños, racionalistas, industriales y muy London. Resulta flashero y de muy buen gusto Oporto, pero lo mejor y al fin y al cabo importante es que se come bien y a precios muy convenientes.

Cuando yo estuve hace unas semanas, el menú ponía todos los platos de entrada a $35, los principales a tan solo $65 y todos los postres a $35.

Si trabajás por la zona, te cuento que el menú ejecutivo con un plato principal, bebida y café o postre es de $85.

La oferta gastronómica: comida rica, hecha con buenos productos y bien casera

Los cocineros de Oporto, Tomás di Lello y Luis Gutiérrez, basan su oferta gastronómica fundamentalmente en comida rica, hecha con buenos productos, sin muchas vueltas y de una impronta preponderantemente casera.

Como entrada pude probar unos excelentes alcauciles (2) con Oliva y Limón y unos buñuelos de espinaca con mayonesa, ricos como hacía tiempo no probaba.

Los platos principales en relación precio-cantidad resultan estar más que bien, pero no son para compartir; les sugiero pedir uno para cada uno y probar.

Muy sabrosos me resultaron los raviolones rellenos de berenjena, con un muy cautivante gustito ahumado, bien al dente y una perfecta salsa de tomates frescos.

Les sugiero también que prueben la milanesa de lomo napolitana con ensalada de rúcula y almendras.

La panera del lugar resulta atrapante y hay además llamativos sándwiches de diversos panes allí horneados.

Entre los postres les aconsejo probar el flan de dulce de leche, particularmente me sedujo su textura. El Arroz con leche, si les gusta sin canela y el arroz bien acidulado por el limón, no se lo pierdan.

Oporto está para conocerlo, comer rico, pasarlo bien y de momento no tener que gastar mucho.

Ya han de haber inaugurado la terraza, la cual imagino ideal copa en mano.

¡Salud!